He ido en varias oportunidades a almorzar en Andrés Carnes de Res ya que siempre que viene algún familiar o amigos ese es el lugar al que hay que llevarlo, porque como dicen muchos, si vino a Bogotá y no fue a Andrés no vino a ningún lado.
Lo que no había hecho era ir a Andrés en la noche, pues les cuento mi experiencia. Llegamos a eso de las 7 de la noche para aprovechar la reservación que hicimos de una mesa para 16 personas ya que si llegas luego de la hora no te guardan la mesa y tienes que esperar. En la entrada contratas de una vez al Ángel (un conductor asignado que te va a llevar a tu casa en tu carro) para que a la salida te espere y te lleve a casa sano y salvo y no tengas que manejar bebido.
Adentro, es un restaurante que tiene la decoración más loca que he visto en mi vida, cuanto periquito pueda caber allí, allí estará, su ambiente parece ser lo que queda luego de recorrer una semana todo el país en carro. Para entrar en calor pedimos varios platos de entrada, los que más nos gustan son el las raciones de chicharrón, las arepas de Choclo (mini cachapas) y un patacon que parece una pizza que sirven con varias salsas. Mientras pasan las horas sirven más caña y pone la música más duro, la pista de baile se llena con cualquier tipo de música que el Dj ponga en ese momento, estas sentado y en la mesa de al lado hay un tipo disfrazado de pollo caminando y viendo a la gente, unos pocos metros más allá, ves a un grupo de música colombiana que se para en cada mesa y le da la bienvenida a las personas, si es tu primera vez te reciben con bandanas, sombreros y música típica. Si en la pista no hay gente bailando, salen un poco de locos disfrazados a bailar y a incitar a que la gente se pare y haga algo, un negro montado en las mesas disfrazado de Charlie Mata, con afro y demás bailando con las mujeres solteras.
Cualquier cosa que pides viene con un detalle especial, si pides una cerveza te traen una botella con un detalle en el pico, las aguas tienen escapularios pegados, el hielo con fresas, y pare de contar, por eso les recomiendo que visiten este sitio, es una de las mejores experiencias en restaurantes que existen. .
Aquí les dejo un articulo de la revista “La Barra” que habla de este restaurante y su historia.
ANDRÉS CARNE DE RES
“En nuestro restaurante el cliente nunca tiene la razón… la pierde”
Cuando se habla de Andrés Carne de Res no sólo se hace referencia a uno de los establecimientos más distinguidos y reconocidos, sino también de una empresa que ha logrado ubicarse como el mejor restaurante bar SingleUnit del país. Inmaculada Guadalupe y Amigos S.A. reportó ventas por $28.522 millones, y una utilidad neta de $200 millones el año pasado. En 26 años de existencia, este lugar se ha convertido en referencia gastronómica internacional, y en ejemplo de creatividad aplicada al negocio de la restauración.
Cuando en junio de 1982 Andrés Jaramillo y su pareja María Stella montaron Andrés Carne de Res en Chía, nunca se imaginaron que tendría tanto éxito. Andrés tenía 24 años, había dejado su familia y sus estudios de universidad, y a pocas cuadras de donde queda actualmente el restaurante, había alquilado una pequeña casa. “Ahí comenzó la tarea tremenda de buscar una alternativa para defendernos económicamente”, dice.
Andrés cuenta que, por aquel entonces, fue a visitar a un campesino vecino que tenía un improvisado asadero de carne a la llanera, y lo convenció de que le arrendara el lote y una cabaña por 1.500 pesos. La decisión de vender carnes a la parrilla se debió a que su cuñada argentina era una especialista en asados y ensaladas, de manera que ese talento no se podía desperdiciar.
El restaurante creció y se convirtió en un establecimiento de 2 mil visitantes, 550 mesas y generosas utilidades. El secreto, según sus propietarios, es que Andrés Carne de Res es un lugar que se reinventa, que muta, que “se destruye para volverse a construir”, como señala el mismo Andrés. Esta empresa revolucionó los restaurantes de tema y los llevó a un extremo tan rimbombante como rentable, y su estética semikitsch ha influenciado de igual manera otros comedores famosos de Bogotá.
Según el Balance General de la Superintendencia Financiera, los activos de Andrés Carne de Res alcanzan los $15 mil millones, y un 50 por ciento de esa suma representa sus pasivos; una empresa tan jugosa como su Tbone steak, la punta de anca, el lomo tártaro y la posta argentina, que como requisito van acompañados de tomates rellenos y arepas.
Andrés Jaramillo lo resume muy sencillamente: “Yo creo que Andrés tiene que seguir tejiéndose día a día y no va a parar. O sea, si ese sitio para, se muere. Yo por eso digo que ojala en la calle podamos tener mesas; ojala al frente podamos hacer un puente para que este sitio siga creciendo, creciendo y creciendo. Y bueno, ése es el objetivo”.
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